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Juan 5:39 

39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Estudios

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Filipenses 4:13

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

¿Cúal es la base de nuestra felicidad? 
Si depende de nuestras circunstancias, todos tendremos problemas 
porque tarde o temprano nos encontraremos en dificultades. 
Pablo dijo que había descubierto el secreto de vivir encima de las circunstancias 
que la vida nos trae. Su secreto fue JesuCristo. 
Jesús fue su seguridad que a pesar de los problemas, que no estaba solo.
No importa cúan difíciles que se ponían sus circunstancias, 
estas dificultades no eran permanentes. 
A pesar de la dureza del momento, 
en cada momento Jesús le proveía la fuerza para vencer. 
Pablo está igual de seguro que 
Jesús nos dará también a ti y a mí la misma fuerza y victoria.

Oración: 

Dios de gloria y fuerza, gracias por las historias de tu gran poder que se encuentran en la Biblia. 
Me dan coraje y esperanza cuando tengo que enfrentar a mis problemas. 
Creo que Jesús me puede salvar, sostener y apoyar en todas mis dificultades actuales.
Perdóname por las veces cuando no me acercaba a ti cuando me encontraba en dificultades. 
Oh Señor, necesito la fuerza, el consuelo y la presencia de Cristo hoy. 
En el nombre de mi Salvador Jesús, oro, Amén.

El gozo se encuentra en el Señor no en las cosas. 
El gozo es saber que Él siempre nos acompaña, sostiene, ayuda, proteje y apoya. 
Si es así, cómo no voy a regocijarme? 
Dios me ama tanto que vació el tesoro máximo del cielo para que yo pueda estar 
con Él en la gloria. El gozo es mío por la gracia.

Oración: 

Precioso Padre, gracias por siempre estar presente conmigo. 
Gracias por saber lo que está en mi corazón. 
Gracias por quereme más allá de lo que puedo imaginar. 
Anhelo conocerte cara a cara, compartiendo en el gozo total del cielo contigo. 
Hasta este momento, me regocijo por saber que mi futuro está en tus manos. 
Gracias en el nombre de JesuCristo, mi Señor, Amén.

Filipenses 4:4

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!

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Somos la sal de la tierra

Hemos quizás oído muchas veces que somos la “sal de la tierra”. 
Incluso, Dios nos ha ordenado serlo, así como la “luz del mundo”. 
Para saber en qué consiste ser la sal de esta tierra, 
veamos primero algunas características de la sal:

1- La sal purifica: 
cuando aplicamos sal a algún objeto lo limpia, previene la infección y la corrupción; 
¿estamos purificando nosotros nuestro mundo?

2- La sal sana: 
con ella se cierran las heridas. 
Vivimos en un mundo necesitado, con gente que ha sido herida y necesita sanidad; 
¿somos una influencia sanadora?

3- La sal preserva: 
preserva de la descomposición, la podredumbre, el desgaste, la contaminación. 
Mantiene lo bueno y desarrolla la vida; 
extiende o preserva la vida de los alimentos por más tiempo, 
o incluso los colores originales de las plantas y verduras. 
Esto tiene lugar porque hace cesar la actividad de las bacterias, 
responsables de la descomposición.

4- La sal da sabor: 
potencia los sabores, elimina los sabores ácidos; 
incluso la sal al ser consumida induce a provocar un mayor apetito por los alimentos. 
La sal hace que el mundo sea un lugar mejor para vivir. 
Los cristianos-sal añaden sabor y gusto a la vida; es agradable estar con ellos.

5- La sal produce sed: 
hace surgir una profunda ansia interior. 
Un cristiano-sal hará que las ovejas perdidas ansíen agua. 
El mundo también debe desear el agua de vida, 
anhelando lo que nosotros tenemos, a Jesucristo.

Existen muchos otros usos y beneficios de la sal: 
la sal se emplea en los lugares de clima frío para derretir la nieve acumulada 
y prevenir la formación de hielo. 

En la antigüedad, 
se empleaba la sal como aislante de los refrigerantes para hacer comestible el helado 
durante el mayor tiempo posible. 
Se emplea a veces como quitamanchas, 
para limpiar la cubertería de cobre, para mantener las brasas de un fuego; 
en los recipientes quita los olores, restaura esponjas al ser bañadas en salmueras, 
sirve para suavizar el agua y evitar así las incrustaciones de sales minerales en las tuberías 
y depósitos de agua potable. 

En los años veinte, 
la compañía estadounidense Diamond Crystal Salt Company de Míchigan publicó un folleto 
en el que describía casi cien posibles empleos de la sal.

¿Nos queda alguna duda del por qué Jesucristo dijo que somos la sal de la tierra? 

Hemos sido llamados para sanar, para preservar, para dar sabor, para producir sed, 
para combatir males y circunstancias adversas, 
para aislar o separar, para limpiar, para proporcionar un olor grato… 
y ¡mucho más!

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